viernes, 22 de septiembre de 2017

La Madre

Jennifer entró en su casa, tras volver de una dura jornada de trabajo. Inmediatamente fue a ver a sus niños, los dos estaban en sus cunitas.


miércoles, 20 de septiembre de 2017

El pacto con el diablo

Melinda abrió su tienda, una librería oscura y recóndita. Había mil estantes con libros apilados de primeras ediciones, pequeños y raros volúmenes, libros únicos. Lo que más le gustaba era coleccionar. Se había dedicado a ello durante años, así como su madre, y su abuela. La tradición familiar se extendía en el tiempo tanto como los escritos que llenaban sus estanterías.



sábado, 16 de septiembre de 2017

El pasillo de musgos


Mike y Sandra habían conducido durante horas, para dirigirse a casa de los padres de Sandra, en Washington. Mike conducía un coche alemán descapotable, pequeño pero muy potente, que además consumía poca gasolina.

Querían parar de camino a comer en el bosque templado de Hoh, para que Mike pudiera ver los árboles y el bello paisaje que tiempo atrás, se extendió desde Alaska hasta la costa central de California.

Plim y la oruga triste

Érase una vez un pueblo muy bonito al que los vecinos llamaban La Parra. En este pueblo veraneaban unos hermanos, Paula y Álvaro, que tenían 10 y 7 años respectivamente.

En este pueblo no sólo vivían los humanos, porque en realidad, había un mundo escondido en el que vivían los duendes y otros seres mágicos. Entre ellos estaba Plim, un amigo de los niños y uno de los mayores súbditos de la reina duende. 



Se trataba de un duende pelirrojo, con el pelo largo pero con una coronilla reluciente y calva, al que le encantaba tocar la flauta y lucir las típicas prendas de artesanía duende verdes como el bosque.

Plim y Flo

Un buen día nuestro amigo Plim estaba tocando la flauta, algo nada raro. Os recuerdo, era un duende de orejas puntiagudas, con largo pelo naranja, aunque su coronilla estaba totalmente lisa y reluciente como una bola de billar. Vestía un traje verde con chaleco, era tal y como imagináis, un duende del bosque.


Plim era uno de los mejores amigos y siervos de la reina duende, porque entre otras cosas, sabía ver cuándo iba a producirse las fisuras que permitían a los niños entrar en su mundo mágico. Las roturas de la realidad las provocaba la propia magia, cuando necesitaba algo del mundo de los humanos, pero la magia necesitaba mentes abiertas y sólo podía, normalmente, manifestarse con los más pequeños e imaginativos, que son los niños.



martes, 5 de septiembre de 2017

El maletín

Murió su tío, que era juez, y heredó su maletín de piel gastada. Decidió estrenarlo y llevarlo a su siguiente juicio, como amuleto tras los desastres anteriores.



Debía defender a una inocente. Dejó el maletín encima de la mesa y rápido descubrió una labia que no tenía, citando conceptos y términos desconocidos. Miró el maletín, decidió llevarlo a la siguiente vista.


Los zapatos - Microrelato de suspense y terror


Consiguió los zapatos en un mercadillo. La primera vez que se los puso, se sintió distinta con esos tacones negros, se vio más bella y se sintió
segura y fue feliz. Al volver a casa, se desvistió y de nuevo su vida fue pequeña. Se miró al espejo, la imagen le devolvió una mirada desgastada, vieja, usada.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Un reducto de magia - Relato breve de suspense

Mary alisó su falda, recolocó su cartel publicitario (¿Mudándote a Fargo? Puedo ayudarte en la mudanza. Mary Claire Higgins) que se veía de lado, y esperó pacientemente en la entrada a la propiedad. Se había citado con unos posibles compradores, esta era la primera vez que enseñaba la casa de los  Brown, una pareja de ancianos que habían fallecido a la vez. Les habían encontrado abrazados y tumbados en la cama. El estado se había hecho cargo de la herencia, ya que no había familiares conocidos ni testamento hecho.

La fábula del escarabajo - fábulas para niños

Érase una vez un pequeño escarabajo pelotero. Por si no lo sabéis estos insectos portan una pelota que van haciendo cada día más grande para alimentar a sus larvas.